Después de meses de paños calientes,
este invierno va a ser crucial para la Major League Soccer. El último lustro ha
servido para ver un crecimiento sinigual de la liga (número de equipos,
construcción de nuevos estadios y centros de entrenamiento, mayor inversión en
fichajes y en salarios, aumento
del valor promedio de los equipos a $313 millones…), pero durante esta offseason
el tema de conversación no va a girar en torno a eso, a la marcha de
Ibrahimović o a los fichajes que haga Beckham: todas las miradas apuntarán a
los despachos, porque el próximo 31 de enero expira el convenio de
negociación colectiva (CNC) que la Major League Soccer firmó en 2015 con el
sindicato de jugadores de la liga (MLSPA).
Ambas partes llevan manteniendo
reuniones a lo largo del 2019, pero el plazo se va terminando y la amenaza de
un paro laboral cobra cada vez más enteros.
Los partidos de ida de octavos de final de la Concacaf Champions League (18 de febrero) podrían no correr peligro en caso de no llegarse a un acuerdo antes de la fecha indicada, siempre y cuando el sindicato no convoque huelga. El límite real es el 29 de febrero, el día que comienza la temporada de la MLS y a partir del cual no se podrá jugar en caso de no haber un nuevo CNC. “Si la liga adopta la misma postura del acuerdo de 2015, el comienzo de temporada corre peligro” –declaró Bob Foose, director ejecutivo de la asociación de futbolistas.
“El parón laboral nunca debe ser un objetivo” –dijo Foose el pasado mes de julio durante los eventos del All-Star. Misma postura que siguió el presidente de la MLS y comisionado adjunto Mark Abbott, que declaró a ESPN que “desde la liga no la buscamos [la huelga]”.
No obstante, esa misma actitud es la que tuvieron en las negociaciones de los últimos dos convenios y ambas partes tuvieron roces, apuraron hasta el último segundo y necesitaron la intervención de mediadores para llegar a buen puerto. “Creo que tanto la MLS como el sindicato estamos trabajando de buena fe para para extender el acuerdo” –recalcó Abbott, aunque sin descartar la huelga: “No podemos obviar la posibilidad del parón laboral, por eso hemos estado trabajando para estar preparados en caso de que ocurra”.
Tanto que, por si acaso, en verano la MLSPA repartió a los jugadores un informe confidencial de 27 páginas (en español e inglés) sobre cómo afrontar un parón laboral. Algunos de los consejos más importantes que dieron los desveló THE ATHLETIC:
Hacer una buena planificación
financiera para evitar problemas económicos.
Revisar el estado
de sus seguros médicos y en qué escenario se quedan parados con respecto
a las coberturas hospitalarias y gastos mayores.
Situación legal
de los jugadores extranjeros (inmigración) con visas P-1.
Posibilidad de
entrenar y jugar momentáneamente en otros clubes u otras ligas.
El informe dejaba claro que los jugadores se tomarían las negociaciones de este invierno con más seriedad que nunca, aunque también sería un chaleco salvavidas al que poder agarrarse en caso de verse en el escenario menos probable, la interrupción del trabajo. “Hemos estado preparándonos para una posible huelga durante dos años y medio” –avisó Foose en conversaciones con la ESPN.
Hasta el momento, en los 24 años de
historia de la MLS, no ha habido ningún precedente de falta de acuerdo ni
tampoco una huelga por parte del sindicato.
Exigencias de la MLSPA
El sindicato de jugadores es
plenamente consciente del desarrollo que ha experimentado la MLS desde 2015,
pero sienten que el reparto de pastel no está siendo equitativo. Esto es lo que
busca la MLSPA, principalmente:
> Agencia libre. Una de las premisas del sindicato es lograr un mayor grado de agencia libre. El actual CNC establece que los jugadores que tienen al menos 28 años y que han jugado en la liga por al menos ocho temporadas, pueden ser agentes libres cuando expiren sus contratos con la liga. La intención del MLSPA es que se reduzca el umbral de edad y el tiempo de servicio. “Como jugadores, nuestra fuerza está en nuestra unidad. Y estamos comprometidos a trabajar fuera del campo para mejorar esta liga” –dijo Jozy Altidore, jugador de Toronto FC y portavoz del sindicato.
> Presupuestos salariales. También, otro de los grandes
objetivos tiene que ver con las reglas del presupuesto salarial. Aunque en
el anterior CNC el sindicato consiguió que la liga fuese aumentando el límite
salarial progresivamente (en 2015 se empezó con $3,4 millones y en 2019 ha
llegado a $4,2 millones), con lo que no está contento es con implantación del
dinero de asignación específica (TAM). Un mecanismo que, en esencia, es dinero
extra que los equipos pueden usar para fichajes o para pagar sueldos estándar
de más de $530.00 al año –hasta un máximo de $1,5 millones–. Sin embargo, es
algo de lo que, por lo general, se benefician los jugadores extranjeros y no
tanto los nacionales.
“En los términos más simples, el TAM es estúpido” –dijo Foose en la última MLS Cup. “No es necesario decirle a cada equipo cómo construir sus plantillas en base a un mecanismo dictado centralmente”. Los jugadores quieren abolirlo.
> Salario mínimo. Del mismo modo, la MLSPA considera
que es necesaria una nueva subida del salario mínimo. El último contrato de
derechos televisivos que la MLS firmó con ESPN, Fox y Univisión se
multiplicó por once, pero eso no se replicó en los sueldos de forma
significativa: el actual CNC estipula que un jugador de categoría “senior”
tiene un salario base mínimo anual de $70.250 (excluyendo bonos e
incentivos), cifra muy alejada de lo que cobra en Estados Unidos un pediatra
($140.000 anuales) y no mucho más de lo que ingresa un cartero ($60.000).
> Vuelos chárter. Quizá la exigencia más manifiesta sea la introducción de más vuelos chárter. Hoy la liga obliga a los equipos a desplazarse en vuelos comerciales durante el año y los jugadores están hartos de aeropuertos congestionados, de largos días de viaje, de tantas horas de espera para establecer conexiones y de la incomodidad de viajar en turista –especialmente cuando toca atravesar múltiples zonas horarias–. Algo que dificulta la recuperación física de los atletas, como apuntó la MLSPA en un comunicado: “Este tipo de problemas de viaje tienen un impacto significativo en la seguridad y rendimiento de los futbolistas, que debería ser la máxima prioridad para todos los involucrados”. A las críticas también se sumó Wayne Rooney en redes sociales, pero lo que dejó en muy mal lugar a la MLS fue el hilo de Twitter de Tim Parker, jugador de los New York Red Bulls.
Cada año la MLS permite a cada equipo cuatro trayectos al año en vuelos chárter (ni siquiera cuatro partidos), aunque no existe la obligación de utilizar la opción. “En 2018, aproximadamente, solo se hizo uso de la mitad de los vuelos chárter en toda la liga” –reveló Foose. Eso significa que, de 92 opciones disponibles, se usaron en torno a 46.
“Me da vergüenza que viajemos de esta manera” –dijo Bruce Arena en 2016 cuando entrenaba a LA Galaxy. “No creo que ayude en nada a la reputación de nuestra liga”. Desde hace varios años, el entrenador no permite que sus jugadores vayan vestidos con indumentaria del equipo cuando viajan: “Se trata también de la imagen que das”.
A principio
de esta temporada, Montreal Impact se vio obligado a volar en chárter para jugar
contra los Revolution por culpa de las 18 horas que pasaron en el aeropuerto
–acumulando cancelaciones– y por la falta de tiempo para llegar al día
siguiente en un vuelo comercial. Luego, en agosto, Vancouver Whitecaps se cruzó
todo el país para jugar un miércoles en Montreal (3.686 kilómetros) y tuvo que
esperar al sábado para poder regresar a casa –debido a varias cancelaciones de
vuelos–. Su rival del domingo, NYCFC, llevaba esperándoles en Vancouver varios
días. Ellos apenas descansaron.
La liga siempre ha argumentado que es un tema de prioridades y de coste, pero también un factor de ventajas: equipos ricos como LA Galaxy se podrían pagar un chárter, a NYCFC y Portland Timbers los patrocinan dos aerolíneas, los Revs podrían usar gratis el jet privado de sus hermanos los Patriots de la NFL… Aún así, el pasado mes de mayo el comisionado Don Garber aseguró que “veremos más vuelos chárter en el nuevo CNC”, aunque puntualizó que es improbable que sea para cada partido.
Los vuelos
chárter no son baratos. Cada trayecto cuesta alrededor de $150.000.
Exigencias de la MLS
Básicamente, lo que la MLS quiere es evitar
el parón laboral.
Pero entre sus peticiones está mantener
su estructura de entidad única: quiere seguir controlando el gasto
de dinero y continuar operando los contratos de los jugadores, en lugar de que
lo hagan los equipos –que lo máximo que pueden hacer es retener sus derechos en
la liga–. Sin embargo, si la liga quiere seguir creciendo, es hora de sacar a
los equipos de los raíles de la liga y dejarlos circular solos.
Más que nada porque bajo el sistema de
entidad única, la liga no fomenta que los equipos contribuyan a que la Major
League Soccer cumpla su objetivo de convertirse en una liga vendedora y
atractiva. Quiero decir, ahora mismo, si un equipo vende a un jugador por una
determinada cantidad; un porcentaje de la transferencia se destina a las
arcas de la MLS. Por ejemplo, en el caso de Alphonso Davies (Vancouver
Whitecaps lo traspasó al Bayern de Múnich por $12 millones) el club canadiense
retuvo el 75% del montante ($9 millones) por ser un jugador de su academia. Normal
que New York RB no traspasara a Aaron Long al West Ham por $4 millones y exigieran 15 ‘kilos’: en su caso se
habrían quedado con dos tercios de la venta ($2,6 millones), y así no dan ganas
de vender barato.
Lo que está en juego
Pese a que en 2015 la liga estuvo a
punto de no empezar por falta de entendimiento –a última hora la MLSPA cedió en
sus pretensiones–, esta vez parece que el sindicato apretará hasta el final
en las negociaciones. Sobretodo porque la MLS es quien más puede perder: a
los patrocinadores y las televisiones no les haría gracia un parón laboral, y
si en 2022 tienen que negociar un nuevo acuerdo de derechos televisivos (a
nivel nacional finaliza el que hay con ESPN, Fox y Univisión por $90 millones
anuales), la competición no puede permitirse una huelga que la ponga en
entredicho y frene todo su crecimiento: “Hemos hecho propuestas detalladas
a la liga sobre cómo lidiar con ese tema [de los derechos de los medios]” –dijo
el director ejecutivo de MLSPA.
De ese modo, ahora le corresponde a
los involucrados alcanzar el nuevo acuerdo del CNC con el que se abra la
temporada número 25 de la historia de la Major League Soccer. Es lo que esperan
los 26 equipos contendientes, a la espera de que en los próximos años se vayan
sumando Austin y Sacramento (2021), y St. Louis y Charlotte (2022). Las cartas
están sobre la mesa y los jugadores van a pelear: “Estamos firmes y listos
para obtener lo que de verdad nos merecemos” –dijo el jugador de
Philadelphia Union y portavoz del sindicato Alejandro Bedoya antes de la MLS
Cup de noviembre.