«¿Qué molesta más, un coche con la música a todo volumen o un niño que pega pelotazos a una pared?», se cuestiona Suso Abad, concejal de Infancia. Tal y como avanza Verne, el tripartito de Alcalá, formado por PSOE, Somos e Izquierda Unida, cambiará todos los carteles en los que ponga «prohibido jugar» por «juega respetando». Los niños tendrán así la posibilidad de jugar dónde quieran, siempre y cuando no se excedan los límites.
Las placas de «prohibido jugar» se empezaron a instalar en Alcalá en los años 90, normalmente ante la petición de la comunidad de vecinos. Sin embargo, esta placa no conllevaba ninguna sanción: si un niño jugaba con la pelota, a excepción de que cometiese un acto grave, simplemente se le advertía de que en ese lugar no se podía.
La medida satisface a unos niños que llevaban tiempo reclamando este cambio. Los niños de Alcalá sonríen porque saben que hoy son un poco más libres para jugar al fútbol.