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Balonmano

El adiós a Alberto Enterríos

Luis César Villorio | Ayer llegó el día que ninguno queríamos que llegara. Don Alberto Entrerríos uno de los mejores jugadores de balonmano de nuestra historia, quizás el mejor, ha decidido colgar las zapatillas. Se retira después de casi 20 años de carrera deleitándonos a todos con sus goles, sus pases y sobre todo con sus fintas al punto débil. Lejos quedan ya aquellos años donde un alevín comenzaba a despuntar en el Colegio Noega de la mano de un sabio del balonmano como Alberto Suárez.

Su primera aventura en la élite fue en el año 1998 vistiendo la camiseta del Ademar León. En el equipo marista consiguió su primer título, una liga, además de ser nombrado tres veces consecutivas mejor jugador de la temporada. Tras cuatro años en el conjunto leonés fichó por el Barça de Valero Rivera, aunque en el club blaugrana solo estuvo una temporada. Después pasaría a vestir la zamarra del BM Ciudad Real, el mejor equipo del mundo por aquel entonces. En el club manchego pasó sus mejores momentos como jugador, ganando infinidad de títulos pero también los peores, ya que vivió en primera persona la desaparición del club y su posterior traslado a Madrid con el nombre de BM Atlético de Madrid. En 2012 decide abandonar por primera vez España y se marcha a jugar a la liga francesa, concretamente al HBC Nantes. En el apartado de la selección Alberto ha vestido la camiseta roja en más de 200 ocasiones y ha marcado más de 700 goles, siendo una pieza clave en los mejores años del combinado nacional.

 

Pocos jugadores pueden presumir de su palmarés tanto a nivel nacional (seis Ligas ASOBAL, seis Copas ASOBAL, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas de España), como a nivel internacional, donde el asturiano atesora nada más y nada menos que tres Ligas de Campeones dos Recopas de Europa, tres Supercopas de Europa y un Mundial de Clubes. Pero sin duda sus mayores triunfos llegaron vistiendo la camiseta de los Hispanos levantado dos Mundiales (2005 y 2013) y un bronce en los JJOO de Pekín 2008, además de tener una plata y un bronce europeos y otro bronce mundial. Pero son menos los jugadores que pueden decir que son tan queridos como él por cualquier aficionado, tanto propio como rival, algo sin duda ganado a pulso porque jamás se le podido ver hacer un mal gesto hacia el rival o un menosprecio a la grada.

Alberto Entrerríos ya no volverá a las pistas como jugador, pero sus hazañas serán recordadas para siempre por cualquier amante del balonmano porque como dice la famosa cita: «los viejos rockeros nunca mueren».

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