El Deportivo Alavés cierra el 27 de mayo, con la final de la Copa del Rey, un círculo que comenzó con la final de la UEFA en 2001 en Dortmund. Un viaje que contiene todos los ingredientes para hacer un guion de una película de culto: con alegrías y penas, con villanos y héroes, pasando del infierno a la gloria.
El Alavés entró al nuevo milenio por la puerta grande. Tras su mejor temporada, acabó en sexta plaza la Liga, y se ganó el derecho de jugar por primera vez en Europa. El Gaziantepspor turco fue el primer rival, al cual le superó con un espectacular tres a cuatro. Costó ver el primer gol del Alavés en Europa (el partido de la ida acabó 0-0), pero una vez se comenzó a marcar, cuatro de una tacada. Los partidos de este Alavés eran de muchos goles: eliminó de la competición a Lillestrøm con un marcador total de cinco a tres, o al Rosenborg por cuatro a dos. En octavos, empató a tres en Mendi contra el Inter de Frey, Zanetti, Blanc, Recoba o Vieri. Cuando todo estaba en contra, los babazorros asaltaron Giuseppe Meazza con cero a dos. O superaron con un contundente nueve a dos en semifinales al Kaiserlautern.
El Glorioso, en su primera participación en Europa, llegó hasta la final de la UEFA ante el Liverpool. Una final que recuerda cualquier amante del fútbol. Nueve goles, dos tarjetas rojas, un gol de oro en propia… Los reds fueron por delante 2-0, 3-1 y 4-3. El Alavés nunca se rindió, y logró forzar la prorroga en el minuto 88. Al final, con nueve jugadores, Delfi marcó en propia puerta en el minuto 117 el gol que acabó con el sueño europeo del Alavés.
No levantaron la cabeza los muchachos. Tras una temporada donde volvieron a entrar en UEFA, en 02/03 descendieron a Segunda División. Un fuerte golpe, que estuvieron apunto de arreglarlo en la siguiente temporada, pero el ascenso se escapó en el último momento. Con el objetivo de lograrlo llegó a Vitoria Gasteiz el empresario Dimitri Piterman, ya por aquel entonces famoso por su polémica gestión con el Palamós y el Racing.
Épocas oscuras
Junto con Piterman llegaron jugadores como Bodipo, Bonano o Nené. Y en la 2005/06 lograron devolver al Alavés a Primera. Pero aguantaron poco, puesto que bajó a la primera con un gol del Espanyol en el último minuto. El gol de Corominas, descendió al Alavés y reventó la situación en Vitoria Gasteiz. La tensión entre la grada y el palco cada vez era más insoportable, hasta el punto de que Piterman llamó “subnormales borrachos” a los aficionados. Al final, después de incrementar la deuda del Glorioso a 23 millones de euros, en marzo de 2007 el empresario estadounidense abandonó el club.