Sufría este domingo la Brasil de Dunga una de las derrotas más vergonzantes de los últimos años. A nadie se le olvida lo dolorosa que fue la goleada recibida por Alemania (7-1) en el ya conocido como el ‘Mineirazo’, pero por lo menos la selección de Scolari había conseguido llegar a semifinales del Mundial del que era anfitriona y el rival era un equipo de mucha calidad. No son las mismas circunstancias que ayer ante Perú, una selección a priori con menor nivel.
Desde 1987 no caía la selección brasileña en la primera fase de la Copa América. Bien es verdad que el gol del peruano Ruidíaz es polémico ya que parece que se ayuda con la mano. Pero lejos de culpar al colegiado uruguayo Andrés Cunha, tanto la prensa como los aficionados, culpan tanto a los jugadores como al propio Dunga. A los primeros porque no hacen más que mostrar que este es el nivel del fútbol brasileño actual. Un equipo de muy poca calidad compuesto de muchos ‘cabezas de área’ que no son capaces de enlazar 3 pases hacia adelante, pero que todos serían capaces de hacer una cobertura en el minuto 90. Ni tan siquiera de dar una pared. Futbolistas corredores muy faltos de calidad. Es muy preocupante la falta de talento de la selección brasileña en los últimos grandes campeonatos.
Y si falta talento en el terreno de juego, más alarmante es incluso la falta de ideas, recursos y toma de decisiones de su técnico, Dunga. Un seleccionador incapaz de dotar a su equipo de un estilo de juego propio, con más fracasos que éxitos, que se permite el lujo de dejar fuera de la convocatoria a futbolistas como Marcelo, por simples rencillas personales. Y es que la falta de buenos entrenadores en el país de la samba empieza a ser evidente. Casi tanto como la ineptitud del actual seleccionador, que tiene a la pentacampeona del mundo fuera de las plazas que dan derecho a disputar el próximo Mundial de Rusia. Ni siquiera la multitud de bajas puede ser excusa para el vergonzoso papel que ha hecho Brasil en esta Copa América Centenario. ¿Se imaginan un Mundial de fútbol sin Brasil? Pues viendo lo visto, ese hecho no está tan lejano. Es por ello que debemos preguntarnos, ¿Hasta cuándo, Dunga?
