Surrealista lo que aconteció en Brasil el pasado fin de semana en el campeonato Regional Amateur disputado en Minas Gerais. Quedaban quince minutos para el final del partido y el árbitro pitó penalti a favor de Oriente. El equipo rival, Industrial, se lanzó a protestar y uno de los jugadores agredió supuestamente al colegiado.
Entonces, el árbitro se marchó al banquillo y sacó de su mochila una pistola con la que se dirigió al campo. El agresor abandonó el estadio a toda prisa.
Según medios brasileños, el colegiado en cuestión también es militar.