Este aficionado quiso ir de listo y acabó siendo cazado por los miembros de seguridad del estadio. Disfrazado, con ropa de más, ante los ánimos de sus acompañantes, entró en el estadio ocultando numerosas botellas de cerveza que intentó colar, estando prohibido al estadio. No fue así, y tuvo que dejar una por una todas las botellas que ocultaba. El resultado final, sobre la mesa, es brutal.