Este aficionado brasileño de Corinthians nunca olvidará el suceso que pudo vivir recientemente en el estadio. Saltó al campo para pedir una camiseta a uno de sus ídolos. Éste se la entregó sin problemas, pero luego, al llegar a la grada, en medio de la celebración con sus conocidos, sufrió el arresto de las fuerzas del orden presentes, que decidieron retenerle por haber saltado al campo. Quizás, a la próxima se lo piense mejor.