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Adriana Cerezo, el arte de disfrutar

Apunten su nombre porque va a dar mucho que hablar. Adriana Cerezo (Alcalá de Henares, 2003) ha pasado de debutar en categoría absoluta el pasado año a proclamarse campeona de Europa y lograr un sorprendente billete para los Juegos Olímpicos de Tokio. Todo en menos de 15 meses.

Su apariencia es la de una adolescente, pero dentro del tatami parece como si llevara una década en la élite. Sus éxitos, cada vez más difíciles de enumerar, esconden un secreto tan importante como sencillo: la pasión por lo que haces. De pequeña, los padres de Adriana le apuntaron a todo tipo de actividades extraescolares: tenis, flamenco, patinaje artístico, ballet, gimnasia rítmica… pero a ella lo que le gustaban eran las artes marciales. Veía películas de Jackie Chan y Bruce Lee con su abuelo, que fue quien le llevó a un gimnasio de su barrio. Sus padres no se enteraron de nada hasta que Adriana hizo su primer examen de cinturón.

Aunque reticentes, finalmente acabaron aceptando. “Mi madre no lo veía, eso de que nos pegásemos no le gustaba”, cuenta la joven en una entrevista en MARCA. Obligarle a renunciar al taekwondo habría sido arrebatarle lo único que de verdad le entusiasmaba, con mucha fuerza. Esa ha sido su mayor virtud, como han expresado en varias ocasiones tanto los que la ven cada día en el club Hankuk de San Sebastián de los Reyes (entrena allí desde los 11 años) como ella misma. Es un deporte que le apasiona, sonríe de oreja a oreja tanto para entrenar como para competir, algo difícil de ver en potenciales mundiales como Corea del Sur y Rusia, donde se impone más la disciplina.

Solo un año después de apuntarse al club ganó su primera competición en categoría cadetes, nada menos que en Las Vegas, en el Open de Estados Unidos. Desde entonces ha disputado 55 campeonatos y se ha subido al podio en 48. Casi el 92% de las preseas que ha ganado (44) han sido de oro. Su debut en categoría absoluta fue el pasado año, un mes antes de que España se sumiera en el estado de alarma por la pandemia. Fue en el Campeonato de España celebrado en Torrelavega… y también se proclamó campeona. Los Europeos debieron celebrarse en 2020, cuando todavía alternaba júnior y sénior, pero fueron aplazados por el covid-19 y finalmente se disputaron el pasado abril. Allí, contra todo pronóstico y sin todavía haber cumplido la mayoría de edad, logró alzarse también con la victoria (-49kg), derrotando en la final a la rumana Liana Musteata, que llegó a ponerse 0-2. Adriana logró remontar y coronarse con el tercer título continental de su carrera tras los conseguidos en categorías júnior y sub-21.

Fue entonces cuando la posibilidad de acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio se vislumbró con más fuerza que nunca. En su camino hacia la gloria en Sofía (Bulgaria), Adriana tuvo que eliminar a Tijana Bogdanovic, subcampeona olímpica en Rio de Janeiro y cinco años mayor que ella. Sus grandes resultados y la sensación de que podía ser una opción clara de medalla llevaron a la comisión técnica de la Federación, liderada por el seleccionador Miguel Ángel Herranz, a convocarla para un preolímpico de lo más exclusivo: solo podían acudir dos deportistas por país. En la misma ciudad donde ganó el Europeo se presentó junto a Cecilia Castro (-67kg), la otra elegida. Fuera quedaron las hermanas calvo, Eva (subcampeona olímpica en Rio) y Marta.

Allí, Adriana respondió a la confianza depositada con otra brillante actuación, logrando el billete a Tokio de nuevo ante Musteata. Se une así a una delegación de hasta cuatro españoles, con Raúl Martínez, Jesús Tortosa y Javier Pérez Polo clasificados por ránking (Cecilia Castro cayó en cuartos de final del preolímpico). Es la primera vez en la historia que España llevará a cuatro taekwondistas a unos Juegos Olímpicos, demostrando una vez más la espectacular salud de la que disfruta este deporte en nuestro país. En el pasado europeo, además del  oro de Adriana, se lograron siete medallas más, una de ella conseguida por la sevillana Belén Morán, de 23 años.

Suena fuerte decir que Adriana Cerezo es seria candidata a conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio con apenas 17 años de edad, pero sus números la colocan como una de las principales favoritas. El factor sorpresa de una luchadora con poco más de un año en el circuito sénior puede ser otra de sus bazas. Los nervios antes de una gran cita tampoco deben ser un problema: la madrileña realiza técnicas de meditación desde 2017 para controlar la tensión en los momentos donde acecha el estrés.

Hay muchas esperanzas puestas en ella, y no solo en Tokio. Tiene toda una carrera por delante para brillar e incluso superar a su mayor referente, la mallorquina Brigitte Yagüe, considerada la mejor taekwondista española de todos los tiempos (fue tres veces campeona del mundo, cuatro de Europa y subcampeona olímpica en Londres 2012). Para eso queda mucho, ahora toca posar los pies sobre el suelo y disfrutar del camino. Como siempre lo ha hecho.

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Imagen de cabecera: Imago

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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