Hay que ser valiente para jugársela así al lanzar un penalti. Flojito, bombeado, el balón casi acariciado para entrar por el centro. Comúnmente conocido como penalti a lo Panenka, o cucchiaio en Italia, es una de las maneras más bonitas de disparar desde los once metros… salvo cuando se falla. Entonces el lanzador se expone irremediablemente a un ridículo espantoso, como en estos siete ejemplos.