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Villarreal

1-0 y Baptistao de delantero

Llegó siendo una incógnita. Sin sitio en el Atlético, afrontando la tercera cesión de su carrera. Esta vez no tendría que remar contra un descenso, sino todo lo contrario: aspiraría a ser el ‘9’ de los equipos punteros de la Liga. Un equipo que, cosas de la vida, ahora mismo lidera la clasificación tras derrotar al propio Atlético. Él marcó el tanto de la victoria, y aunque no lo celebró por fuera, en su interior explotaba de alegría y reivindicación.

Y eso que Leo Baptistao, en el Villarreal, tampoco lo tiene nada fácil. Llegó el primero a la pretemporada, pero la competencia que vino después preocuparía a cualquiera. Soldado, Bakambu y Adrián López. El brasileño había sido uno de los jugadores del verano -4 goles- pero a las primeras de cambio, en el primer partido que no pudo marcar, fue relegado al banquillo en la siguiente. Soldado y Bakambu lo aprovecharon con dos tantos cada uno.

Pero Leo nunca se rindió. Dejó de malgastar ocasiones y aprovechar cada minuto que le diera Marcelino. Anotó el tanto que adelantó al Villarreal en Viena, certificó la victoria ante el Athletic haciendo el 3-0, machacó al equipo que le posee en propiedad y anoche se coronó con un golazo -puede que el mejor de su carrera- para dar al Villarreal la primera victoria de la temporada en Europa League.

Lo hizo para desatascar un partido plagado de ocasiones amarillas en la primera media hora, pero que con el paso de los minutos se convirtió en un terreno propicio para el Viktoria Plsen. Los checos, tras aguantar el chaparrón, pusieron en peligro la meta de Barbosa tratando de aprovechar las ocasiones a balón parado. Entonces apareció Baptistao. Agarró un balón en el centro del campo y lo condujo hasta el área, dejando atrás hasta tres defensores, para luego batir a Kozacik por su palo. Al término del partido le daba el mérito a Soldado. «Con su movimiento me ha liberado de dos defensas».

De lo que nadie puede quitar mérito a Leo es de ser, con cuatro goles, el máximo goleador del Villarreal en este inicio de temporada. Sus dos últimos tantos valen un liderato y un importantísimo triunfo en Europa. Con las lesiones de Bakambu y Adrián, unida la ligera sequía de Soldado, El Madrigal se encomienda al dicho ‘Uno a cero, y Baptistao de de delantero’.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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